La Constitución Española, concretamente en el artículo 47, deja muy claro que todos los ciudadanos tienen derecho a disponer de una vivienda que sea digna. Sin embargo, en los tiempos actuales no es en absoluto sencillo. Para hacerse con una casa o un piso, solo hay dos opciones: comprar o alquilar. En ambos casos, hay que asumir que no será un camino de rosas.
Eso sí, el resultado es mucho mejor si tomas la decisión adecuada. ¿Cómo elegir entre una alternativa u otra? Lo cierto es que no hay una respuesta única, puesto que deben tenerse en cuenta varios aspectos que detallaremos a continuación. También profundizaremos en los pros y contras de cada opción.
Antes de ahondar en ellos, hay que decir que conviene tomarse el tiempo que sea necesario para elegir bien. En caso contrario, podría correr un grave riesgo la salud financiera que tan importante es hoy en día.
Comprar una vivienda: pros y contras
Empezamos por la opción que acarrea un mayor desembolso: la compra de la vivienda. Los pros son numerosos, destacando sobre todo el hecho de que el inmueble pasa a ser de tu propiedad, con todo lo positivo que esto conlleva. Por ejemplo, si quieres hacer algún tipo de cambio en lo que respecta a los muebles, los colores de las paredes e incluso la distribución de los espacios, puedes llevarlo a cabo sin ningún impedimento, ya que eres tú quien decide.
Por otra parte, hemos empezado diciendo que es la opción más cara y esto es innegable, pero hay un matiz muy a tener en cuenta: cuando se liquida la hipoteca, dejan de haber grandes gastos asociados al inmueble, obviando el IBI, otros posibles impuestos, reparaciones, etcétera. Eso supone en un futuro un enorme desahogo a nivel económico.
Hablando precisamente del futuro, es reseñable que comprar una vivienda puede considerarse una especie de inversión. Exceptuando crisis puntuales, en líneas generales el sector inmobiliario presenta una tendencia ascendente, por lo que todo indica que en años venideros, si por algún motivo se desea vender esa vivienda, se obtendrá una mayor cantidad de dinero en comparación con la pagada en el momento de su adquisición.
Continuamos con el factor monetario para abordar ahora la estabilidad, un factor que proporciona mucha tranquilidad a los propietarios de inmuebles. Si se alquila, es habitual que la cuota mensual suba cada cierto tiempo, pero con las hipotecas esto no sucede, siempre y cuando sean de tipo fijo. Es importante que te informes sobre cómo entender los tipos de hipotecas y elegir la adecuada.
Aunque hemos descrito muchos pros, no conviene obviar que comprar una vivienda también acarrea una serie de aspectos negativos. En primer lugar, ya que acabamos de hablar de las hipotecas, es destacable que a muchas personas no se les conceden sin que sus familiares les avalen. Adicionalmente, siempre se exige a los futuros propietarios poner de sus bolsillos una entrada que no es nada asequible. Hablamos de unos cuantos miles de euros, como mínimo diez o quince mil.
A su vez, los gastos se multiplican si lo comparamos con los de un alquiler. Obviando cualquier tipo de impuesto, a la lista hay que sumar los desembolsos que exigen las soluciones a problemas que inevitablemente irán surgiendo, como las típicas averías.
En lo que respecta a la burocracia, comprar una vivienda puede llegar a ser bastante caótico. El papeleo es incesante y, por desgracia, en España todo proceso de este tipo pasa a convertirse en algo tedioso a la par que lento.
Finalmente, supón que te equivocas al comprar una vivienda. Puedes evitarlo si sabes cómo elegir la ubicación perfecta para tu nueva casa, así como aplicando los 8 mejores consejos para comprar tu primera vivienda. Sin embargo, pongámonos en la situación de que no has acertado y, consecuentemente, estás a disgusto con los vecinos o hay algo que no termina de convencerte. Habiendo adquirido el inmueble, venderlo puede ser bastante complicado, aunque cuentas con una guía completa para vender tu propiedad rápidamente que te será de gran ayuda.
Ventajas e inconvenientes de alquilar una vivienda
Ahora que hemos mencionado una desventaja de la compra como la de no poder vender un inmueble muy fácilmente si algo del mismo no convence al propietario, es un buen momento para empezar con los pros del alquiler. El primero de ellos, como no podía ser de otra manera, se resume precisamente en poder rescindir el contrato o esperar a que llegue a su fin para optar por otro alquiler, sin la atadura de una hipoteca ni tener que realizar una operación mucho más compleja como es la de una venta.
¿Recuerdas que antes hemos hablado de salud financiera? Diversos factores pueden traducirse en que dicho estado empeore. Si esto sucede con una compra, hay un cierto riesgo de perder la casa y lidiar con un terrible agujero económico, mientras que con el alquiler simplemente se rescindiría el contrato por impago y habría que buscar otra vivienda que alquilasen.
Desde el momento en que da comienzo la búsqueda hasta que concluye y se firma el contrato de alquiler, pasa poco tiempo, ya que burocráticamente es un proceso mucho más sencillo.
Pero, ¿qué pasa si habiendo alquilado el inmueble surge algún tipo de problema que requiere una costosa reparación? El inquilino simplemente ha de informar de ello, pero no debe hacer frente al imprevisto económico, siendo el propietario el encargado de gastarse dinero de su bolsillo para resolver la situación.
Por supuesto, económicamente la diferencia es abismal sobre todo al principio, puesto que el gasto a realizar para alquilar una vivienda es muy inferior si lo comparamos con el de la compra de un inmueble.
¿Significa esto que alquilar una vivienda solo supone ventajas? Ni mucho menos, también hay que mencionar varios puntos negativos como el de tener que solicitar permiso siempre que quieras introducir algún cambio en el inmueble. Esto traslada la sensación de no tener una vivienda propia, lo cual provoca frustración e insatisfacción.
Supongamos que el propietario da el visto bueno y te permite hacer algún tipo de reforma o remplazar los muebles antiguos por los nuevos de tu elección. En tal caso, cuando el contrato de alquiler llegue a su fin, ese dinero acabaría perdiéndose, siendo el propietario quien se beneficiaría del lavado de cara que tú le habrías dado a su casa o piso.
Aspectos a tener en cuenta para tomar la decisión
Ahora que ya conoces los pros y contras tanto de la compra de una vivienda como del alquiler, llega el momento de tomar la decisión. Para facilitarla, es fundamental que tengas en cuenta varios aspectos decisivos.
En primer lugar, valora cuál es el tipo de trabajo que desempeñas. ¿Puedes sufrir un cambio de destino en cualquier momento como le sucede a ciertos funcionarios? En tal caso, el alquiler se convierte en tu mejor opción, ya que podrás cambiar de ciudad sin ningún problema simplemente alquilando otra vivienda en esa nueva localización. Los alquileres proporcionan una gran flexibilidad en este sentido.
Por otra parte, tu situación económica también ha de ser convenientemente valorada. Si tus ahorros son prácticamente cero porque vives al día, el alquiler es sin ninguna duda la alternativa por la que debes decantarte. Pero, ¿y si has podido ahorrar veinte mil euros? Entonces tendrás para la entrada y seguramente el banco te conceda una hipoteca, sobre todo si cuentas con avales como tus padres.
También has de valorar el estado actual en el que se encuentra el sector inmobiliario. Si la oferta es mayor que la demanda en una de las dos opciones, esa será la más adecuada en caso de que tu objetivo sea el de cerrar la operación pagando la menor cantidad posible de dinero.
Finalmente, ten en cuenta cuáles son tus planes de futuro. No valores solo tu situación actual, ya que puede ser que el escenario cambie radicalmente en cuestión de pocos años.